miércoles, 28 de abril de 2010

El Sindicato de Trabajadoras Sexuales (AMMAR) y la Asociación por la Identidad Sexual Platense (AISP) denunciaron a la policía bonaerense por el cobro de coimas


Tras la presentación de un pedido de habeas corpus en la fiscalía de turno, para denunciar la persecución policial en las zonas de trabajo, las referentes de AMMAR y AISP señalaron cómo funciona el operativo sistemático de persecución y amedrentamiento, donde la policía cumple un rol central.

En diferentes entrevistas a medios locales, Susana Martinez, Secretaria General de AMMAR detallo la participación de la comisaría 9na en el cobro de coimas a las compañeras en sus lugares de trabajo. "La policía intenta ser nuestro patrón" afirman las trabajadoras sexuales, "Si no pagás, no trabajás", resumió Martínez. Y agregó que esta modalidad no es nueva en la zona de trabajo sexual.

Las Trabajadoras cuentan como "desde hace diez años que no pagamos para trabajar, y ahora volvieron a pedirnos coimas",  y junto con las delegadas de AISP (Asociación por la Identidad Sexual Platense) sostuvieron que "las trans sufren el constante atropello de la Comisaría 9º". En este sentido, explicaron como "Hay días que ganás algo de dinero, y otros que te volvés a tu casa a pie, porque no hiciste nada. La crisis también nos llegó a nosotras. Y si es difícil para un trabajador conseguir empleo, imaginate para nosotras".

Otro problema que afrontan de carácter urgente, es la voluntad de la gestión local de trasladarlas al bosque, en el marco del nuevo Código de Ordenamiento Urbano. Esta medida agravaría la situación que actualmente pone en  peligro la vida de las chicas trans y trabajadoras sexuales, respecto a los abusos policiales, sino que permanece en funcionamiento de manera impune, la banda de motoqueros, que todos los jueves y domingos persigue, hostiga y golpean a las compañeras que están en la calle. Ellas cuentan : "Vivimos con miedo, amenazadas. Ahora nos quieren mandar a trabajar al Bosque, donde no tendríamos cómo protegernos: ni de la policía, ni de los motoqueros, ni de los delincuentes", contó Susana Martinez, a la prensa local.

El cobro de coimas, la “liberación de la zona” para que los motoqueros actúen,  y el hostigamiento a las trabajadoras sexuales por parte de la policía se reafirma en la decisión del gobierno local de trasladar la zona de trabajo sexual al bosque, exponiéndolas al agravamiento de estas violencias. "Hay chicas que con tal de poder trabajar pagan” explican desde estas organizaciones, y añaden “La policía en vez de estar persiguiendo a los ladrones, nos persigue a nosotras, que somos trabajadoras”.

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